Esta semana ha sido especialmente desafiante para mí. Fue mi primera semana de recuperación tras una lesión que sufrí durante mi último viaje. Por eso decidí redactar este correo personalmente, para compartirte algunos aprendizajes que me llevé y otros que refresqué gracias a lo que hoy considero un regalo que la vida me dio.
Y sí, leíste bien: elegí ver mi lesión como un regalo.
Interpretar los hechos como un mago
Un mago de la vida real tiene un poder extraordinario: la capacidad de transformar su realidad a través de la interpretación de los hechos. La lesión que sufrí pudo haber sido motivo de frustración, de enojo e incluso de autocompasión. Pude haberme hundido en pensamientos como: «¿Por qué me pasó esto a mí?», «Justo ahora que estaba encontrando continuidad con el deporte», o «¡Qué maldición!»
Sin embargo, entendí que ese camino solo lleva a la autodestrucción. Ese no es el camino que yo elijo para mí. Decidí tomar otro rumbo: el camino de la sabiduría. El camino de interpretar que la vida, a través de esta lesión, me estaba brindando lecciones y oportunidades que no podría haber recibido de ninguna otra forma.
Ese es el verdadero poder que yo, y que cualquier ser humano, tiene como mago de la vida real.
Una semana antes: Aprender de señales
Exactamente una semana antes de mi lesión, presencié algo que marcó un antes y un después. Mi gran amigo y gerente de Legacy Ecuador, Juan Diego Nicolalde, sufrió una rotura completa del tendón de Aquiles en su pierna derecha. Fue un momento trascendental para mí. Aunque no se lo comenté en su momento, porque sabía que mi rol era transmitirle calma y serenidad, internamente viví una experiencia muy fuerte.
Por segunda vez en mi vida, presenciaba esa misma lesión en alguien cercano. Había tenido un dolor recurrente en esa misma zona durante meses, y esa experiencia me llevó a reflexionar profundamente. La vida me estaba enviando señales. Elegí aprender de la experiencia ajena antes de que algo similar pudiera sucederme a mí. De no haber aprendido en aquel momento, muy probablemente, la siguiente lesión me hubiese pasado a mí.
Entre la lesión de Juan Diego y mi viaje a Trujillo, me enfoqué en practicar mayor flexibilidad. Practiqué la capacidad de rediseño. Cuando algo no salía bien, en lugar de frustrarme y aferrarme al resultado que había trazado, me permití a mí mismo ser más flexible con mi toma de decisiones. Y quién sabe, tal vez eso permitió que mi lesión fuera menos grave que la que le pasó a Juan Diego.
También entendí algo muy poderoso, gracias a la sonrisa que Juan Diego nunca perdió, incluso frente a una de las peores lesiones que un deportista puede sufrir: el dolor es inevitable, pero el sufrimiento es una elección. Su fortaleza y su capacidad de mantener la calma me inspiraron profundamente. Su actitud me recordó que incluso en las peores circunstancias, siempre hay una oportunidad para elegir gratitud y resiliencia.
Desde aquí, un fuerte abrazo a la distancia, mi hermano Juan Diego. Te acompaño en tu proceso y sé que pronto estarás, una vez más, jugando fútbol con nosotros.
Elegir el camino correcto, incluso en las dificultades
El día que sufrí la lesión fue especialmente largo. Después del evento y de mi paso por la clínica, nos quedamos hasta la 1AM. Mi socio y hermano Yener, quien me acompañó junto a su esposa Mery, también enfrentó un momento complicado: Mery sufrió una descompensación que hizo necesario que la internaran esa misma madrugada.
A pesar de todo, al día siguiente estábamos nuevamente presentes en el evento con amor y pasión. Yener desde muy temprano, y luego Mery y yo acompañándolos ya un poco más recuperados. Continuamos con nuestra labor y disfrutando al máximo del evento. Mery, ya mejorada, apoyó al equipo con entusiasmo, mientras yo, con las limitaciones físicas de mi lesión, aplaudía desde mi sitio. Grité, festejé, silbé y me emocioné con cada lider que se presentaba en el escenario, gozándome la oportunidad que la vida me dio ese día.
Fue un momento único para mí. Tradicionalmente, suelo estar profundamente involucrado en la organización de los eventos de la compañía. Pero aquel día, la vida me regaló la oportunidad de estar sentado, presenciar todo el evento y ver cómo Legacy es mucho más que una empresa. Legacy es una familia.
Ese día confirmé que la magia legaciana de transformar el mundo una vida a la vez sucede gracias al esfuerzo colectivo. No hay protagonismo de una sola persona, sino un genuino aporte de todos los legacianos, en partes iguales, para construir nuestro legado.
Rediseñarte como mago
Reorganicé mis planes y usé ese tiempo para terminar pendientes que llevaba postergando algunas semanas. Estos pendientes eran necesarios culminarlos en los primeros días de diciembre, pero aparentemente no lo iba a lograr, ya que aún tenía más viajes y compromisos que requerían mi atención antes de poder sentarme a terminarlos.
Mi labor como CEO es principalmente darle visión a la compañía, crear nuevos productos y pensar estratégicamente a 6, 12 y 36 meses adelante. Mi trabajo es construir el futuro mientras gestiono el presente. Esta lesión me regaló la oportunidad de enfocarme en esos pendientes que requerían de mi atención sentado en un escritorio, algo que los eventos de fin de año no me iban a permitir con facilidad.
Entendí que incluso en medio de la adversidad, siempre tenemos la posibilidad de transformar nuestra realidad, si así lo elegimos. Como magos y creadores de nuestro destino, tenemos el poder de interpretar los eventos a nuestro favor y aprovechar cada situación para crecer y avanzar.
Reflexión final: Abrazar tu poder
No importa qué situación estés atravesando: una lesión, un problema financiero, una enfermedad o un desafío personal. Tú eres un mago. Tienes el poder de transformar tu realidad a través de tu interpretación de los hechos. Puedes elegir usar esa situación a tu favor, encontrar el regalo que la vida te está dando y recibirlo con los brazos abiertos.
La vida nos pone y quita elementos, personas y situaciones, siempre a nuestro favor. Pero para verlo así, necesitamos reconocer y aceptar nuestros poderes de mago. Necesitamos recordar que el dolor puede ser inevitable, pero el sufrimiento siempre es una elección.
Cuando decides transformarte a ti mismo, todo en tu vida comienza a enrumbarse en la dirección correcta.
Con cariño,
tu amigo Jeff Blas,
#unavezmas