Introducción
En esta mentoría, quiero hablarte de algo que va mucho más allá de las técnicas y estrategias de negocio: la autoestima. A menudo me preguntan por qué hablo tanto de mentalidad, desarrollo personal y habilidades blandas en lugar de enfocarme solo en pasos específicos para emprender. Para mí, el crecimiento de cualquier negocio comienza en uno mismo, y la autoestima es un factor fundamental. Hoy quiero compartir cómo desarrollar esta autoestima para que sea tu mejor aliada en el camino emprendedor.
Claves para Desarrollar una Autoestima Fuerte
1. Empieza con Autoconocimiento
“El verdadero reto está en conocerte profundamente”, suelo decir, y es que la autoestima nace de la claridad sobre quién eres y qué valor aportas. Como emprendedor, necesitas conocer no solo tus fortalezas, sino también tus sombras. Comprender tus luces y tus áreas de mejora es lo que te dará un poder real. Recuerda: tú no eres solo tu nombre, tu nacionalidad o tu cargo; eres algo más profundo. “Tú eres la información que has venido captando desde el momento en que naciste”.
Si no estás trabajando en descubrir quién eres, nunca vas a saber hacia dónde quieres ir. Empezar por este autoconocimiento es vital, y puede ayudarte un proceso de desarrollo personal; en mi empresa Legacy, por ejemplo, tenemos un programa llamado Conquistando tu Destino, dictado por mi hermano Yener Yobera, que aborda estas herramientas. Trabaja en identificar tus creencias limitantes, haz visible lo invisible, y así podrás hacer vencible lo que antes te detenía.
2. Construye Confianza con Pequeños Éxitos Diarios
La construcción de la autoestima no llega de la noche a la mañana. Un concepto clave aquí es lograr “pequeños éxitos” cada día. Estos pequeños logros pueden ser acciones simples como “tender tu cama al despertarte” o “hacer ejercicio en la mañana”. Son gestos que te demuestran que tienes control sobre tus acciones y tu entorno. La frase que siempre comparto es:
“Pequeños éxitos crean grandes éxitos”.
Así como les digo a todos: acostúmbrate a ganar. Este hábito de celebrar tus logros, por pequeños que sean, tiene un efecto poderoso en tu mente. “Si eres capaz de completar pequeñas metas, entonces eres capaz de grandes logros”. Con estos pequeños éxitos, te vas convenciendo a ti mismo de que eres capaz de lograr lo que sea, y eso es lo que construye una autoestima sólida.
3. Reestructura el Miedo al Fracaso
El fracaso no es un obstáculo, sino parte del proceso. He aprendido que cuando te caes, te tienes que levantar “una vez más”, sin importar cuántas veces ocurra. Fracasar es solo otra forma de aprender, y cada caída te fortalece. Como emprendedores, a veces olvidamos que cada caída tiene una lección. Es natural pensar en el fracaso como un peso, pero te digo: cada vez que te levantas, te vuelves más fuerte.
Lo que importa aquí es entender el proceso y saber que “ni tus victorias ni tus fracasos definen quién eres”. Si fracasaste, no eres un fracasado. Si perdiste, no eres un perdedor. “Eres un ser humano que está atravesando un proceso de aprendizaje”, y eso es lo que te ayuda a avanzar. Siempre digo que es más importante “aprender del fracaso que quedarnos abrazados a él”. Coge lo que necesites de cada experiencia, suelta el resto y sigue adelante.
4. Define y Controla Tu Autoimagen
“Solamente tú tienes el poder de tu autopercepción”. Este es un punto fundamental: nadie más tiene el derecho de definirte. No dejes que los comentarios o las opiniones de los demás te hagan dudar de quién eres y del valor que tienes. En este camino, uno de los grandes retos es bloquear las voces externas y enfocarte en lo que realmente eres y quieres lograr.
Las personas exitosas no son aquellas que nunca reciben críticas, sino aquellas que saben valorar su propio proceso, sus metas y su crecimiento, sin importar las opiniones externas. Desde este espacio, te invito a que desarrolles el autorrespeto. Mírate al espejo y recuerda que:
“La confianza en ti mismo es uno de tus más grandes activos en el mundo del emprendimiento”.
5. Crea Pequeños Hábitos para Grandes Cambios
Empieza con una rutina que refuerce tu autoestima. Por ejemplo, comenzar el día agradeciendo y tomando acciones como “ducharte con agua fría” no es solo una forma de despertar tu cuerpo, sino también de recordarte que tienes el control y la disciplina para enfrentarte a lo que venga. Estos pequeños gestos se convierten en poderosas afirmaciones que fortalecen tu autoestima cada día.
Reflexión Final e Invitación
Estas claves son solo el inicio. La autoestima es un proceso de construcción constante, y si te tomas el tiempo para desarrollarla, verás cómo no solo tu negocio, sino también tu vida, comienza a cambiar. Esta mentoría está pensada para darte herramientas prácticas, pero hay mucho más en el video completo, donde te comparto detalles y experiencias personales que pueden ayudarte a aplicar estas lecciones en tu propio camino.
Con cariño,
tu amigo Jeff Blas
#unavezmas